La educación pública sufre hoy una crisis que puede llegar a ser más profunda e importante que cualquier que las precedentes. En la década de 1890 las críticas se alzaban contra el formalismo, la disciplina rígida, la limitación educativa y el conservadurismo. La crisis de 1980 estimuló la reforma convirtiendo a la educación en algo capaz de manejar las escuelas de acuerdo con principios científicos. Actualmente el público se siente en la obligación de reparar el daño ocasionado por los "educacionistas", devolviendo la tarea de estructurar los currículos a los educadores y al pueblo en general. La presión más fuerte a favor de la revisión del currículum, proviene de los cambios drásticos en la tecnología y en a cultura.
Los primeros estudios respecto al planeamiento del currículum establecieron los primeros destellos de diferenciación en relación a los tipos de objetivos para el aprendizaje de la educación general y aquellos que representaban el dominio del verdadero conocimiento especializado. Pero estos comienzos y sus posibilidades no fueron desarrollados en las décadas que siguieron a la guerra y la evolución del currículo se limitó al perfeccionamiento, a complementar y a reiterar ideas anteriores. El vacío se llenó con propuestas de reformas animadas por una concepción pre-científica de la disciplina mental con ignorancia de los principios de aprendizaje o falta de conocimientos de la población y las realidades sociales.
Para utilizar correctamente los recursos que surgen se requiere una teoría de la elaboración del currículo que no solo debe definir los problemas con los cuales se ha de tratar dicha elaboración sino que también debería elaborar un sistema de conceptos que deben emplearse para determinar la relevancia de datos con respecto a la educación.
Pareciera no existir actualmente una metodología definida del concepto y planeamiento en la confección del currículum. La mayoría de los autores señalan al respecto que la confusión es la característica principal de la teoría del currículum, en efecto, la secuencia de materias y cursos no responde a principios definidos sino que algunos están ubicados por mera conveniencia. Se han realizado agregados sin considerar superposiciones, por ejemplo.
Y así, existen diferencias respecto a la función de la escuela en la sociedad, y estas diferencias no solo se refieren a los valores en sí mismos sino al perfil del individuo que la cultura demanda. Entonces, ideas contradictorias se aplican a la confección del currículum dejando de ser meros detalles teóricos para adquirir una importancia pragmática.
Como señalara Rugg en 1926, si los planificadores de los currículums no se esfuerzan por tomar distancia se empeñarán en planes y movimientos y admitirán métodos sólo para desecharlos más tarde tan rápidamente como los hubieran adoptado. El fracaso en la elaboración del currículum proviene de la carencia de una metodología destinada a estimular la experimentación y facilitar el traslado de la teoría a la práctica. EL método corriente de revisión del currículo consiste en examinar la estructura aún antes de experimentar con las partes más específicas de su funcionamiento: las unidades de enseñanza en niveles especiales de grado. Existe un fundamento razonable para creer que si la secuencia en la evolución del currículum se invirtiera (los maestros experimentaran primero los aspectos específicos y luego en base a la experiencia se planeara la estructura) la elaboración del currículum permitiría una nueva dinámica.
La naturaleza del contenido del currículum, su selección y organización solo pueden brindar los elementos necesarios para lograr algunos objetivos. Si tenemos en cuenta esta explicación, podremos considerar los elementos de los currículos sobre los cuales es necesario tomar decisiones, así como la metodología y el orden prioritario para conformarlas. La selección del contenido y las experiencias del aprendizaje varían de acuerdo a si el programa incluye o no entre sus objetivos el desarrollo del pensamiento.
Para que la elaboración del currículum no sea una arbitrariedad, sino un procedimiento científico, las decisiones sobre estos elementos deberían adoptarse sobre la base de algunos criterios válidos que pueden fundarse en fuentes diversas. Desde el momento en que el currículum es concebido como una tarea que demanda un juicio ordenado es necesario examinar el orden de adopción de las decisiones y el modo en que éstas se toman.
Taba establece la consideración de los siguientes aspectos:
Diagnóstico de necesidades.
Formulación de objetivos.
Selección de contenidos.
Organización de contenidos.
Selección de actividades.
Organización de actividades.
Determinación de los que se va a evaluar y maneras y medios para hacerlo.
A modo de conclusión, la elaboración de un currículum parece no sólo seguir un esquema racional para el planeamiento de sus diferentes aspectos sino también parece demandar de una una metodología particular para su desarrollo y para relacionar los componentes entre sí. En esta metodología incluye los modos de decidir quienes desempeñarán las diferentes funciones en la confección del currículum, y como éstas decisiones podrían ser coordinadas y articuladas.
Bibliografia
TABA, HILDA (1974), Cap.1 "Introducción al planeamiento del curriculo", en: Elaboración del currículum, Troquel, Buenos Aires, pp. 13-32.