El concepto de negociación está ligado a la pluralidad de intereses y la idea es que la evaluación contribuya a una progresiva y paulatina adaptación social, tendiente a estructurar el cambio hacia las condiciones ideales.
El origen de esta idea está en la crítica que Cronbach realiza a la ortodoxia del experimentalismo, en donde se trabaja con hipótesis como en las ciencias naturales y con la idea que los objetivos debían responder al consenso. El autor puntualiza la función social de la evaluación de manera tal que (aun defendiendo los valores del modelo de la ciencia aplicada, en función de la credibilidad y la exigencia de razonabilidad) la evaluación posee una naturaleza política y no es un problema únicamente metodológico. Es así, una reacción contra el dogmatismo metodológico que propone una nueva formulación del concepto de validez y utilidad.
Para Cronbach, lo que se pide de la evaluación es que sirva de base para la negociación política. El evaluador, se define como un científico del publico y debe representar los intereses de toda la comunidad de forma no partidista y desinteresada.
En esta línea, House coincide en que la evolución supone interacción política e interpreta que la validez de la evaluación no puede separarse de las circunstancias y consideraciones políticas y sociales. Se centra así en el problema de la intencionalidad social y argumenta que cuando se discriminan ciertas alternativas y ciertos intereses, se tiende a favorecer a los más fuertes (por ejemplo, las posiciones gubernamentales), porque la tendencia es ignorar el pluralismo y las costumbres de otras organizaciones. Así, critica la ética naturalista y propone una teoría de la justica de carácter pluralista que denomina naturalista y se resume en:
igualdad moral
autonomía
impoarcialidad
reciprocidad
Estos cuatro valores representan el acuerdo justo, en el cual, ninguno tiene superemacía sobre los otros porque la prioridad depende de las circunstancias.
Para algunos autores, el enfoque de MacDonald tiende a igualar la condiciones de poder, porque señala que las opciones del evaluador no se deben limitar a escoger entre reforzar o alterar las relaciones de poder existentes. El modelo implica realizar informes e implementar métodos comprensibles para las audiencias no especializadas, en vista de una democratización del acceso a la información.
Así, para algunos modelos de evaluación, la negociación es parte explícita de la metodología, siendo una estrategia de intervención polivalente que se adapta a contextos diferenciados según su objeto. Y en síntesis, podemos decir que los modelos que se enfocan en la negociación, tiene como objeto colaborar en volver más eficaz el funcionamiento de la organización social, sobre la base de modelos participativos. El evaluador se perfila como un intermediario que facilita la información que servirá para poner en comunicación a las partes de la negociación.
El ámbito metodológico, se refiere a las descripciones, la interpretación y la organización del propio informe del evaluador.
El ámbito ético, se refiere a los acuerdos formativos respecto de los derechos de los evaluados y principios de transparencia y representatividad.
Derecho a la propiedad de información: corresponde a los que proporcionan información, comentarios críticos, etc.
Derecho de los individuos como audiencias naturales o interesadas
Derecho de todos los grupos de interés a ser representados
El ámbito político, refiere la representación de intereses y valores como estrategia de legitimación. Se ocupa de los valores (como parámetro de los juicios) y de la distribución de juicios e intereses dentro del programa.
G.C.