La educación, tal como hoy en día la concebimos, es un desarrollo de la modernidad. Los tiempos cambiaban por entonces y con ellos la necesidad de instruir a las masas. Ya así, en ese nuevo contexto político e ideológico, postularía en su memorable obra, “Didáctica Magna”, el celebrado ideal de enseñar todo a todos, consigna que sigue hoy inspirando a cuantos creemos que la educación es, al menos, una de las claves del progreso y del desarrollo de los pueblos.
Mucho tiempo pasaría desde los inicios de la modernidad hasta la estructuración de los grandes sistemas de enseñanza pública a cargo de los Estados. Sin embargo, fue a partir de ese momento cuando el rol del maestro comenzó a definirse profesionalmente en la medida en que las familias delegaban en la escuela parte dela formación de sus hijos. Efectivamente, la celebrada alianza entre las escuelas y las familias fue uno de los factores decisivos sobre los que se edificó la institución escolar. Es así como la escuela llegaría a adquirir ese perfil tan peculiar de “segundo hogar” y el docente, asumiría la delicada responsabilidad de completar, a través de la instrucción, la labor de los padres.
Es fácil deducir de éste contexto de gestación histórica, el claro componente vocacional de la docencia. Se trata, en efecto, de una profesión en la cual el compromiso afectivo es prácticamente inevitable y hasta necesario. Todo maestro sabe, además, que parte de su éxito suele depender del especial vínculo que se establece con los alumnos. Porque por otra parte, tal como claramente lo explicaría Paul Freire, el conocimiento se construye a través del diálogo.
Reflexionar sobre la educación en la actualidad, exige reconocer que ningún tiempo puede ser considero más difícil o más fácil que otro. Cada época tiene su propio paradigma que expresa las preocupación de cada generación. A nosotros nos toca asumir una realidad compleja y acelerada, con el contraste de una escuela a menudo anclada en el anacronismo y quizá en la incomprensión. Se trata de un nuevo mundo en donde coexiste simultáneamente el acceso a la información como nunca antes fue posible en la historia de la humanidad, con la más dura marginación y exclusión. La labor profesional de los maestros, claramente desvalorizado y desjerarquizado, se mueva en una frontera sinuosa en donde la vocación se confunde con voluntariado y aquella alianza celebrada entre la sociedad y la escuela parece mostrar, con todo ésto, notables indicios de fractura.
Enfoques críticos y la devaluación del rol docente
Crisis del concepto de infancia moderna - infancia pedagogizada
En el marco de estas reflexiones, queremos homenajear a todos los maestros, a los que trazaron el camino hasta este punto y a los que hoy, día a a día, construyen solidariamente el futuro, al servicio de las nuevas generaciones.
Personajes notables de la historia de la Educación Latinoamericana